
Desde el movimiento Isaurino, estamos trabajando en la construcción de una trama que sostenga un proyecto de educación liberadora para la Patria Grande, que abrace a todes. Vamos construyendo colectivamente la idea de desobediencia pedagógica como motor del deseo, de la pasión y de los sueños.
Entendiendo por ella a construcciones pedagógicas colectivas que garanticen el derecho a la educación, una pedagogía que ponga al sujeto pedagógico en el centro. Desobedecer es desnaturalizar la rigidez vacía del sistema educativo, preguntar sobre el sentido de las reglas y problematizar su existencia en función de garantizar el derecho a la educación.
Una pedagogía capaz de deconstruir la idea de escuela para volver a construir su concepto colectivamente. Una educación comunitaria, donde se respete en armonía y en equilibrio con todo lo que existe. Reconstruir la vida en comunidad, recuperando cosmovisiones de culturas ancestrales que consideran a la comunidad como estructura y unidad de vida. Una pedagogía con el pensamiento solidario como legalidad.
Desobedecer a un sistema individualista y patriarcal que excluye, implica salir de la lógica individualista del capitalismo a la lógica comunitaria, donde la individualidad se expresa en un proceso de complementación con otres dentro de la comunidad. Fortaleciendo, de esta manera, las tramas comunitarias con participación y decisiones horizontales.